Revelan cómo las células cerebrales calculan el flujo del tiempo
Un estudio dirigido por UCLA Health (Estados Unidos), comenzó a desentrañar uno de los misterios fundamentales de la neurociencia: cómo el cerebro humano codifica y da sentido al flujo del tiempo y las experiencias. La investigación, publicada en la revista Nature, registró directamente la actividad de neuronas individuales en humanos y descubrió qué tipos específicos de células cerebrales se activan de manera que reflejan en gran medida el orden y la estructura de la experiencia de una persona.
Los investigadores hallaron que el cerebro conserva estos patrones de activación únicos, una vez concluida la experiencia y puede reproducirlos rápidamente mientras está en reposo. Además, el cerebro utiliza los patrones aprendidos para prepararse ante estímulos futuros. Estos hallazgos proporcionan la primera evidencia empírica sobre cómo las células cerebrales específicas integran la información de “qué” y “cuándo” para extraer y retener representaciones de experiencias a lo largo del tiempo.
El autor principal del estudio, el doctor Itzhak Fried, comentó que los resultados podrían ser útiles en el desarrollo de dispositivos neuroprotésicos para mejorar la memoria y otras funciones cognitivas. También podrían tener implicaciones en la comprensión de la inteligencia artificial, en relación con la cognición humana.
“Reconocer patrones a partir de experiencias vividas a lo largo del tiempo es crucial para que el cerebro humano forme recuerdos, prediga posibles resultados futuros y guíe el comportamiento”, destacó Fried, quien además es director de cirugía de epilepsia en UCLA Health y profesor de neurocirugía, psiquiatría y ciencias bioconductuales en la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA. “Hasta ahora, se desconocía cómo se lleva a cabo este proceso en el cerebro a nivel celular”, acotó.
Investigaciones anteriores, incluidas las del doctor Fried, utilizaron grabaciones cerebrales y técnicas de neuroimagen para comprender cómo el cerebro procesa la navegación espacial. Demostraron, en modelos animales y humanos, que dos regiones del cerebro (el hipocampo y la corteza entorrinal) desempeñan papeles clave. Ambas regiones, importantes para las funciones de la memoria, trabajan en conjunto para crear un “mapa cognitivo”.
Las neuronas del hipocampo actúan como “células de lugar”, que indican cuándo un animal se encuentra en un lugar específico, similar a una “X” en un mapa. Las neuronas entorrinales, por otro lado, funcionan como “células de cuadrícula”, debido a que proporcionan una métrica de la distancia espacial. Estas células, descubiertas inicialmente en roedores, fueron halladas más tarde en humanos por el grupo de Fried.
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