Estas son las consecuencias de consumir los alimentos de manera apresurada
Actualmente, es común vivir con un ritmo de vida acelerado y una cantidad de tareas y obligaciones que a diario parecen ir en aumento, ritmo apresurado que aparece en muchos ámbitos de la vida, entre los que destaca la alimentación, la prisa por llegar a todo puede conllevar a engullir más que a comer y esto trae consigo algunos aspectos negativos:
1.- El proceso de alimentarnos y de la digestión comienza en la boca, con la masticación. Este paso implica triturar los alimentos hasta que formen una papilla. Al comer rápido es muy probable que la masticación no sea correcta, lo que implica que muchos alimentos pasen casi enteros al siguiente tramo digestivo, el estómago. Esto ralentiza el proceso digestivo e imposibilita que obtengamos todos los beneficios de los alimentos y aumenta el trabajo que deben realizar el estómago y el páncreas.
2.- El no mantener los alimentos en la boca el tiempo suficiente hace que no los saboreemos bien, lo que lleva a tener elecciones de alimentos más grasos, azucarados o salados para encontrar ese placer de forma más inmediata. Además de lo que ocurre con las elecciones, la leptina, que es la hormona encargada de avisar a nuestro cerebro de que ya estamos saciados, tarda un tiempo en funcionar. Estas dos características, hacen que posiblemente comamos más cantidad y, por tanto, se ha comprobado cómo las personas que comen rápido tienden a tener un índice de masa corporal más elevado.
3.- No masticar correctamente los alimentos puede derivar en la aparición de molestias digestivas debido a que se puede producir un fenómeno conocido como aerofagia, que se traduce en la ingesta de aire en gran cantidad, lo que provoca malestar digestivo, gases, eructos, hinchazón, dolores, entre otros.
4.- El comer rápido también se asocia a un mayor riesgo de atragantamiento, esto se debe a que los alimentos no son masticados correctamente y pueden quedarse atascados en la garganta con mayor facilidad y causar asfixia.
5.- El estado de ánimo también se ve afectado por comer de una forma rápida o ansiosa. Comer despacio implica un mayor disfrute y consciencia de los matices del plato, como los sabores, los olores, las texturas y la temperatura. Comer de manera apresurada representa un límite a la hora de saborear, disfrutar o sentir placer con la comida.
En este sentido, es importante tomar en cuenta el hecho de comer lento, en calma y masticar la comida de manera correcta y durante un tiempo adecuado que, por lo general se recomienda dedicarla al menos 20 minutos a cada comida y sin distracciones como la televisión, reuniones, entre otras.
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